Ha pasado
mucho tiempo y muchos avatares, desde que Bettzia Gonzzadini obtuvo su título
en derecho en la Italia de 1239. Y no ha sido fácil, pues para la mujer
lograr hacer valer su derecho a la educación: ha sido un camino arduo, de
lucha continua contra el género masculino que mantenía sumisa a la mujer, y
también contra gran parte del género femenino; que aceptaba con sumisión el papel,
el rol y el sitio que una sociedad machista, muy convenientemente les
había impuesto.
En el
transcurrir del tiempo se podían ver algunos asomos de rebeldía y carácter en
algunas mujeres que consiguieron llegar a estas instancias de la educación;
pero no pasaba de eso, algunas pocas se iban convirtiendo en pioneras al lograr
llegar a estudiar a la universidad, pero igualmente no conseguían que las
mujeres llegarán en forma masiva a la educación superior, algo como lo que reza
el refrán" Una golondrina no hace verano". Algunas fueron
estigmatizadas, otras repudiadas, muchas tuvieron que dejar sus hogares para
intentar lograr estudiar en una universidad.
Las
mujeres tenían que luchar primero por romper el esquema de comportamiento que
los "machos" habían ideado para ellas desde el mismo momento que la
humanidad empezó a existir, lavar, planchar, atender al marido tener hijos etc.;,
ese era su papel dentro de la sociedad, y toda esa información se transmitía de
generación en generación, entonces? para que educación superior? la mujer no
necesitaba formación universitaria, ese era un privilegio para los hombres, el
género masculino podía discernir, analizar, pensar, en fin estaba hecho para educarse; pero
afortunadamente algunas mujeres a través de la historia se armaron de valor y
tesón para conseguir que el derecho a la educación superior fuera para todos
igual.
Y fue
como en el ocaso del siglo XIX, empezamos a ver que eran cada vez más las
mujeres que comenzaron a acceder a la educación universitaria, aunque siempre
existió el rechazo de la sociedad, y se empezaron a crear títulos y planes de
estudios universitarios solo para ellas, fue gracias a cada una de estas
heroínas incógnitas que se fortaleció el derecho a la educación superior de la
mujer.
Ya en el
comienzo este siglo vemos como la educación superior no diferencia género y la
mujer desempeña un papel importante dentro de la misma, es tanto así
que hoy por hoy, las mujeres superan en número en el ingreso a la
universidad a los hombres.
En Colombia
desde 2007 la población femenina universitaria ha crecido año por año en
relación a la población universitaria masculina, en algunos casos hasta un 6% más. En España desde el 2015 al
aumento de mujeres en la universidad va en subida así como en la gran mayoría
de los países del U.E. lo mismo sucede en gran parte de américa latina.
Aunque
estas cifras aumenta todavía quedan algunas falencias de discriminación de
género, y se podría decir que la igualdad de derechos de la mujer en la
educación superior seguirá siendo un motivo de lucha para las mujeres.
A continuación
un pequeño recuento de las pioneras de
la educación superior en algunos países:
En el siglo
XIII Bettzia Bozzadini, Italia graduada en derecho y también la primera mujer
en impartir catedra universitaria.
Siglo XV
en España, Lucia de Medrano; licenciada en letras y catedrática en gramática en
la universidad de Salamanca.
Siglo XVII,
en Francia Juliana Morell obtuvo por
primera vez un doctorado en leyes en 1608, en Holanda en 1636 la Universidad
de Utrecht recibe a Anna Maria Van Schurman y la convierte en la primera mujer
en acceder a la educación superior en este país; en 1644 Suecia recibe las dos
primeras estudiantes universitarias, Úrsula
Agrícola y María Joane palmgre, en 1754 Dorothea Erxleben se convierte en la primera
alemana en obtener un doctorado en Alemania.
En el
siglo XIX, El Reino Unido concede título en medicina a Miranda Stuart, quien estudio
simulando ser un hombre en 1812; en 1831 La universidad de Mississippi se
convierte en la primera institución en impartir clase a las mujeres en los
Estados Unidos, y en 1836 se funda la Wesleyan College que fue la primera institución en el
mundo en graduar solo mujeres; entre 1850 y 1874 paulatinamente Europa va
concediendo el derecho de la la educación Superior a la mujer, en 1859
Rusia permite que las mujeres estudien medicina en la universidad de San
Petesburgo; 1861 Suecia abre la primera institución
de educación superior para mujeres; 1887 Chile gradúa a Eloísa Díaz como la
primera medica chilena; así mismo México con Matilde Montoya y Brasil gradúa a
Rita López, juntas graduadas en medicina.
En el
siglo XX se da la verdadera apertura y se
reconoce totalmente el derecho de la educación superior a la mujer, países
como Egipto, Japón, Bulgaria y cuba son pioneros en esta modalidad ya desde este momento se puede
decir que la lucha de las mujeres
por la educación superior empezó a dar
frutos.
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